martes, 28 de octubre de 2014

La nota perdida

-¡Corre mami, llegaré tarde al último ensayo de la función del cole!

 

Claudia estaba muy emocionada, llevaba meses ensayando, le encantaba tocar el violín y se le daba de maravilla, eso decía siempre su seño de música. –Esta niña debió nacer con un violín colocado sobre el hombro, sino no se explica su destreza innata al tocarlo.-
Todo el mundo se sorprendía de su habilidad pero para Claudia tocar el violín era tan sencillo como devorar una rica tarta o jugar al escondite con sus amigos.
-Lo siento cielo, es que no encuentro las llaves del coche, tendremos que ir andando.
Típico de mamá siempre perdía todo y Claudia no se lo reprochaba pues había heredado ese “Don” innato de extraviar casi cualquier cosa. Salieron de casa en dirección al cole, en su carpeta llevaba todo lo necesario e imprescindible, las partituras que debía ensayar, su libreta de hojas amarillas que siempre llevaba encima porque en ella apuntaba miles de cosas que se le ocurrían en cualquier momento y que no quería olvidar después, creía firmemente que la inspiración para escribir una canción podía llegar en el momento más inesperado y no se arriesgaría a olvidar cualquier idea por tonta que le pareciera pues podía convertirse en genial para luego y lo más importante la foto collage que ella misma había hecho con todos los clásicos, Mozart, Bach, Beethoven…. era su amuleto de la suerte.
Corrían calle abajo, su cole no estaba a la vuelta de la esquina que digamos; La carpeta de Claudia casi volaba entre los brazos de la niña y tantos tumbos dio que……. ¡Ohhhh! Una pequeña nota se resbaló del pentagrama donde descansaba esperando ser tocada. La nota cayó al suelo y aturdida aún por el golpetazo que dio contra el suelo vio alejarse a Claudia y su mamá.
Exhaustas madre e hija llegaron por fin, no sin algo de retraso, al salón de actos donde todos los compañeros y la seño esperaban para comenzar el ensayo.

_¡Vamos Claudia, te estamos esperando!
Empezó a sonar la música, todo iba genial hasta que llegaron a la canción preferida de Claudia, no conseguía que sonase bien, era como si le faltase una nota….
Y así era, faltaba la pequeña nota que había perdido por el camino. Lo que Claudia no sabía es que la notita andaba buscando su partitura y ahí comenzó un viaje lleno de experiencias que voy a relataros, después del aturdimiento por la caída la nota fue consciente de lo ocurrido pero del golpe se había olvidado a que canción pertenecía no le quedaba otra que viajar por el mundo en busca de su partitura, ella sola no era más que una pequeñita nota que no haría estremecer a nadie con su sonido, necesitaba a sus compañeras de pentagrama, así  fue como comenzó su andanza, flotando por el aire llegó a la puerta de un local donde estaba sonando una canción de rock, entró para ver si ese era su lugar, las notas de rock eran rudas y sonaban con contundencia, la notita preguntó si les faltaba una nota , la hicieron sonar y al oírla todos rompieron a reír con gran estridencia.-Obviamente no perteneces a este rollo nenita, eres demasiado pequeña y delicada. Salió  de allí cabizbaja pero decidida a encontrar su lugar, al ratito oyó una melodía mucho mas suave , era una sinfonía clásica, con decisión entró en el lugar  y preguntó a las notas que allí encontró, eran todas muy estiradas y refinadas y no hizo falta que le dijeran que no era su canción pues se dió cuenta inmediatamente que no se parecían en nada a ella. Volvió a la calle y flotó y flotó durante mucho tiempo, triste y desanimada ya pensando que nunca encontraría su lugar , de repente escuchó algo que le resultaba muy familiar, llegaba desde el salón de actos de un colegio, volando lo más rápido que pudo se coló en el lugar, allí estaba Claudia que a pesar de las recomendaciones de su profe y de mamá que le decían que dejara el ensayo por aquel día que seguramente otro día no tendría problema de tocar aquella canción que hoy no le salía, se había quedado tocándola una y otra vez.

Cuando el resto de notas vieron llegar a su compañera flotando por el aire y resonando de alegría , la envolvieron y dieron la bienvenida con gran entusiasmo, por fin Claudia en su último intento pudo tocar la melodía perfectamente.

-¡Lo sabía! ¡Sabía que me tenía que salir!
Así unos días después en la actuación que hubo en el cole salió todo perfecto y al finalizar los niños de tocar todos los papás y mamás y demás familiares que allí estaban se pusieron en pie y aplaudieron durante larguísimo rato.

Hasta lo que aparentemente pueda parecer pequeño o insignificante es importante, todos somos únicos y necesarios para los que nos rodean , debemos aceptar y aceptarnos tal cual somos y no pretender ser aquello que no , y hacer ídem de lo mismo   con los demás.